Ídolos de ayer y hoy. Rex.

Andreas Lukse (poca gente sabe su verdadero nombre, como en el caso de Torrente o el Neng, este intérprete ha declarado en muchas ocasiones el cansancio que le produce la confusión entre actor-personaje), nació en un bello pueblo del Tirol en 1965.

Seguramente en sus primeros capítulos encarnando al compañero del jefe de homicidios de Viena, este atractivo pastor alemán no sabría que con esta serie llamaría a las puertas de la fama, para hacerse un hueco entre los más grandes de la historia, al nivel de ídolos televisivos de la talla de Rintintín o el mismísimo Beethoven.

En Rex, un policía diferente, Lukse hacía de todo. Y todo lo hacía bien. Él era la columna vertebral de la historia, y sus compañeros de reparto lo sabían y aceptaban. Él era el que resolvía los casos sin pestañear siquiera, y además, entusiasmaba a toda la familia con sus adorables trastadas, como la mítica de cogerle la salchicha al gordo de la comisaría, o fastidiarle las citas románticas a su dueño.

La factoría Disney se dió cuenta del gancho que tenía Andreas entre el público infantil, y le ofreció un suculento contrato para protagonizar varias películas (la más sonada fue la versión en carne y hueso de la Dama y el Vagabundo), además de distintos shows en Disneylandia.

Pero la fama es un amante infiel, y a partir del 200o la estrella del actor austríaco se fue apagando. Coqueteos con la droga, altercados en público (memorable el episodio en el que mordió a Imanol Arias tras arrebatarle éste el premio a mejor actor en la gala TP), la pérdida de audiencia familiar por el aumento de las escenas de cama protagonizadas por Rex (algo que según las malas lenguas fue un intento del can por reforzar su imagen varonil y acallar de este modo los rumores acerca de su orientación sexual), y unas acusaciones de malos tratos por parte de su ex-pareja Lassie (con la que tuvo un apasionado romance a principio de los 90), fueron demasiados lastres en su carrera.

Y el perro favorito de Austria, en un lluvioso día de otoño del 2003, dio una rueda de prensa en la que anunciaba su decisión de abandonar la interpretación.

Nada sería ya lo mismo para la TV.

Tras esta tajante decisión (aunque según ha declarado recientemente, se está planteando su vuelta tras tentarle Almódovar con un papel en su próxima película, en la que compartiría protagonimo con Penélope Cruz, con la que ya rodó en el 97 "Amores perros"), Lukse ha vuelto al pueblecito que le vio nacer, en las montañas del país centroeuropeo, donde disfruta de la vida en compañía de su familia y amigos, que siempre le recordarán como aquel cachorrillo juguetón que disfrutaba haciendo reír a los vecinos con sus bromas y charadas.

Un grande.