Para empezar, tengo que decir que adoro los westerns. Me da igual que vayan sobre venganzas, indios, alambradas, duelos o la enésima revisión de la batalla del OK Corral. Pero también entiendo que a mucha gente no les entusiasmen. Con Río Bravo no hay problema.El grupo protagonista es el que sigue: Un John Wayne tan duro como siempre, pero tambien enamoradizo, tierno y comprensivo; Dean Martin como alcóholico (como si de su vida real se tratase) que fue grande en otro tiempo pero ahora destrozado por la bebida; un jovencillo inexperto pero valiente y un viejo encantador medio sordo al que le cuesta reconocer que ya no es el que era.
Su misión es mantener en prisión a un sinvergüenza frente a la banda de su poderoso hermano rico. Pero como se puede intuir, el film va mucho más allá de la simple acción (que también está expuesta de forma genial) convirtiéndose en un drama y análisis de las relaciones humanas. Si a esto le sumamos una de las actrices más atractivas de la década (Angie Dickinson) en uno de los papeles femeninos con más personalidad de los westerns, el resultado es una obra maestra espectacular.
Por si fuera poco, la banda sonora no se queda corta. No mentiría al decir que el tema que canta Dean Martin en la terrible espera en la prisión ha sido de las melodías que me ha acompañado siempre y que nunca voy a olvidar por muchos años que pase sin escucharla de nuevo:
