Discos: Francisco Nixon - "El perro es mío"

Don Francisco Nixon es algo así como el chocolate blanco. Si tomas demasiado, puede acabar cansándote (por su particular estilo, tan personal e intransferible). Pero en las dosis acertadas, y, sobre todo, en las ocasiones adecuadas, las canciones de este hombrecillo son una experiencia cuasi religiosa.

Y en este disco vuelve a dar en el clavo. A la altura de los mejores momentos de La Costa Brava, el asturiano nos permite entrar en su universo, a medio camino entre la broma y la trascendencia, entre la ironía y lo naif, y nos conquista y enamora. Hablando de chicas fascinantes que pasean por la calle Mayor estrenando ortodoncia dental, o Erasmus con falda que se beben una espumosa en un pub; nada es lo que parece, y bien que lo agradecemos.

Eso sí. Todas las canciones tienen como elemento vertebrador ser instántaneas del pasado, recuerdos enterrados en la mente y que pueden salir a la superficie un día al encontrarse con alguien del que estuviste enamorado. Tremendas las letras, y tremendos los temazos que acaban resultando, unos como singles instantáneos (las maravillosas y perversas Inditex, Brackets y Erasmus Borrachas) y otros como cargas de profundidad contra el oyente (Nombres y teléfonos o Notre Dame). Pero todo muy bonito.

El perro es mío es, en definitiva, un discón, hecho desde la madurez que solo puede otorgar el paso del tiempo; y con el que Nixon da el paso definitivo hacia el olimpo nacional.

"Yo ya he dejado atrás nombres y teléfonos. Yo ya he dejado atrás el miedo al ridículo. Yo ya he dejado atrás los sábados insólitos en los que andaba haciendo el tonto"

Una joya. Y un 8.25