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Este disco se entiende más como una recopilación de historias que un conjunto de canciones. Porque Colin Maley (cantante y compositor del grupo) es más que nada un trobador, que nos sumerge en cuentos; a veces románticos, a veces modernos, y que hablan de princesas, deportistas frustados, militares caídos en la Guerra de Irak o marineros.
Porque este Picaresque se puede entender como once pequeñas obras de teatro, cada una con su personalidad, en un trasfondo de dramatismo histórico. A medio camino entre el pop y el folk, The Decemberist se mueven como pez en el agua agitando el alma de sus melodías, dotando a todo lo que hacen de su particular épica e insinuando el surrealismo de la vida cotidiana con todo lo que ello lleva consigo.
Todo esto viene de la mano de una instrumentalización magnífica (junto a Arcade Fire, puede que estos muchachos sean los que más talento reúnen hoy en día a la hora de manejar las guitarritas, violines y demás) que no hace sino darle más empaque al conjunto, sin caer en ningún momento en la pretenciosidad ni los artificios.
Con Mariner's revenge, The infanta, Eli The Barrow Boy o 16 military wives, este disco realmente emociona.
Te olvidas "The sporting life", para mí la mejor canción del disco.
ResponderEliminartambién la podía haber puesto. Pero es que este disco son once temazos. A mi el que más me gusta es la de "Mariner's revenge", vaya vaya vaya vaya vaya con la susodicha.
ResponderEliminarbueno podemos dejar de chuparnos las pollas
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