Hablar de 'El hombre tranquilo' me da un poco de vértigo.
Si tengo que decir una de las películas que más me han marcado desde la infancia sin duda pensaría en ésta entre las primeras.
John Ford, que se encuentra igual de cómodo en este formato que con sus westerns, consigue que el pueblo irlandés (Innisfree) donde transcurre la historia, se haga íntimo y familiar y pase a formar parte de tu recuerdo para siempre.
El duro John Wayne logra en esta película uno de sus mejores papeles; cargado de ternura y romanticismo con la fantástica Maureen O'Hara (convirtiéndose en una de las parejas míticas de la historia del cine), pero también empapado por un cruel pasado como boxeador en EEUU que le enfrenta a sus peores fantasmas llegando a pasar un infierno personal.
A parte de la conmovedora historia principal, en El hombre tranquilo una parte esencial es la riqueza de los personajes secundarios, logrando un encanto inaudito. Destacan por encima del resto el párroco (War Bond), el pequeño consejero O'Flyn y el genial cuñado de Wayne, que dará el punto necesario de humor.
Todo en este film es para recordar. Relata de forma brillante las viejas costumbres irlandesas y su choque con la modernidad. Desprende ternura en cada escena y emociona como pocas películas consiguen hacerlo.
Sé que no he dicho ni de que va pero con todo lo que hace sentir no es necesario.
Una obra maestra
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