Pages

Subscribe:

martes, 5 de mayo de 2009

Momo (Michael Ende)



Todo niño debería leer El principito y Momo. De esta manera podría afrontar su infancia con garantías de éxito, para poder pasar luego a la adolescencia a través del Guardián entre el centeno. Luego, con el paso del tiempo, podrás acudir otra vez a estos lugares comunes en busca de refugio cuando veas que pintan bastos.

Perfecta, la sensibilidad llevada a obra maestra. Mas que de hojas, este libro está hecho de poesía. Ende quiere llevarnos de vuelta al romanticismo, a través de buscar la vida interior individual y encontrar las formar expresivas alejadas de la racionalidad que ahoga; es decir irse del mundo tecnificado y volver a un mundo de sueños.

Momo se imagina el mundo como una oreja enorme en la que está sentada y escucha el universo de estrellas.

Jesús.

Giggi, Momo y Beppo simbolizan la resurreción del ansia romántica; la música, las flores, el color celeste y las tortugas que te guían para recuperar el tiempo robado por los hombres grises, sus antagonistas que personifican en sus propias carnes el capitalismo salvaje, ese que da tanto miedo.

Porque aquí, lo único que hay es creer en la utopía de la vida, permitirse soñar en medio de un mundo poco propicio para ello; donde ya no hay metas ni sentidos aparece Momo, para permitirte un mundo un poco más libre.

el tiempo es la vida, y la vida reside en el corazón (Momo dixit)

1 comentarios:

  1. Buen post.
    Ciertamente Momo somos todos, o deberíamos serlo. Momo es aquello que hace que se anude algo en nuestro estómago cuando nos damos cuanta de que nosotros mismos nos encerramos en horarios de trabajo y de descanso del mismo. Horarios como jaulas que son el pretexto perfecto para autoconvencernos de que no debemos invertir el tiempo en otras cosas que en realidad sí lo merece.
    Es una historia intemporal, sin duda, que en estos días todos los niños del mundo deberían reeler, pero no sólo ellos sino esos padres que les cuidan o les descuidan, los abuelos, los políticos y en realidad el maquinista que engrana y controla el ritmo vistal humano en nuestros días.

    Una obra maestra, sin dudarlo una micronésima de segundo.

    ResponderEliminar

Hable ahora o calle para siempre.