Si digo que esta serie es, sin duda alguna, el producto audiovisual que mejor recrea y hace entender todo lo que se cocinó en el Imperio Romano (y los estertores de la República), alguno podría pensar que me se fue la mano con el moscatel. Pero no amigos. Por delante de obras maestras del cine como La caída del imperio romano, Quo Vadis? o la mismisima Espartaco; Roma nos enseña este periodo de forma cojonudísima y atractiva para el público.
Rompiendo los tópicos y el aura de perpetuidad histórica que envuelven estos líos, aquí todo es carnal y banal. Romanos codiciosos, ambiciosos, que sueltan tacos y que follan a todo lo que se mueve. Sin edulcorantes ni mitos. Como si pusieran al frente del rodaje de Marco Antonio y Cleopatra a Tarantino y le diesen barra libre.
Pero no os vayais a creer que aquí reina la machada por la machada. Todo encaja dentro de una serie rigurosisima en el plano histórico (mucho más que Yo Claudio, por ejemplo), con un plantel de actores perfecto, y con unos escenarios (los míticos Cineccità, que por cierto se destruyeron parcialmente por un incendio durante el rodaje) que te hacen creer que estas paseando por las calles del Imperio durante las dos temporadas (22 capítulos) que dura esta maravillosa serie.
Perfecta.
Corran en masa a descargarla, y ya veréis que bien.
Por cierto, Roma es una producción de la BBC. (En cooperación con la HBO, a ver qué os pensabáis)
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