Lo que diferencia a este disco de cualquier otra cosa que haya podido hacer Jay Reatard, sencillamente, es que tras él no vendrá nada más.El disco es de agosto, pero Jay pasó a mejor vida hace un par de semanas, con sólo 29 añitos. Aprovechando que sus canciones son perfectas para no empezar un día de biblioteca amargado por lo que se avecina, la ocasión es idónea para dedicarle un brindis al de Memphis.
Enérgicos guitarrazos de power pop; garaje; melodías en sitios estratégicos y la vista puesta en gente como los Undertones, Wire o Supergrass. Con determinación, Jay se lanza sin red a una huida vertiginosa en la que no está permitido bajar el pistón, dejando artefactos explosivos por el camino con títulos como Faking it, It ain´t gonna save me o Man of steel.
Pero rebuscando bien, no sólo hay en este disco cosas que te puedan estallar en las manos. Si las quieres, tienes dulces melodías como la del riff de Wounded, o las sencillas palabras envueltas en bonitas guitarras de I´m watching you.
Una vez más, Jay Reatard firma un disco efectivo y hasta las cejas de adrenalina, inteligentemente estructurado, con las pausas bien situadas para que simplemente cojas el aire necesario antes de que la vorágine te trague de nuevo.
Esta va a tu salud, Jay. Qué menos.
Un enérgico 7,5 de despedida.
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Destacan: It ain´t gonna save me, I´m watching you, Man of steel y Faking it
Escuchar preferentemente: Para espabilar cuando sea necesario; de camino a un examen o saliendo de él.
Con mi estado de animo la verdad es que ese 7.5 me sabe a 10
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