A estas alturas de la vida, inmersos en una masificación musical sin precedentes, en la que millones de grupos intentan sobresalir y llamar la atención de los medios, conseguir una propuesta diferenciadora se antoja cada vez más complicado. Sonar únicos está en vías de extinción.
Pues exactamente ésto último es lo que consigue en cada canción Tarántula. Con los irrepetibles Joe Crepúsculo y Vicente Leone al frente, este grupo barcelonés ha alcanzando, en su Humildad Trascendental (segundo disco disco de una trayectoria absolutamente redonda), un perfecto halo de imperfección, que hace de sus melodías, actitud y estética el mejor homenaje posible a una cierta forma de entender la vida; en la que la ironía y lo políticamente incorrecto reinan sobre el caos.
Con esas credenciales, no es de extrañar que las expectativas con la que nos acercasemos ayer al Manchita Cosa (que celebraba de esta guisa su sexto aniversario), fuesen bastante elevadas. Y en esas estábamos cuando a eso de las 23.45 horas, tras el teloneo de los ferrolanos Carrero Bianco (que superaron con nota la prueba), aparecían en escena los muchachos más esperados del momento.
Y la verdad es que salieron dispuestos a comerse el césped, ya que desde el primer acorde de Antisistema Solar, los catalanes se mostraron entonados, en su sitio, y teniendo en el bolsillo el favor de un público dispuesto a bailar y a berrear abrazados todas esas letras cerveceras con las que hemos pasado tantos buenos ratos.
Al final, un concierto grande (basado casi en su totalidad en el último disco; algo comprensible dado la calidad del mismo) y la convicción de haber visto algo especial. Y es que con himnos inmediatos de la talla de Total por una noche, El mítico culo, Condes de Barcelona o la enorme versión de el Vals de las mariposas, a ver quién es el guapo que se resiste a Tarántula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hable ahora o calle para siempre.