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Corría el año 2006 y un Luvchenko que se creía imbatible en el terreno de la ingesta de penalties (es decir, beberse copazos de un único lingotazo) llegaba confiado al enfrentamiento contra su recién conocido adversario: Mr. Marsopa.
Luvchenko midió mal sus fuerzas, y, cometiendo un error de novato, subestimó a su rival. Error fatal que El Cetáceo (así gusta de ser llamado) le hizo pagar caro inflingiéndole una humillante derrota delante de sus allegados. El joven ruso ya nunca sería capaz de levantarse de tan doloroso varapalo, viendo su carrera abocada al fracaso.
Guardando un odio secreto y acérrimo contra el que más tarde sería su compañero de redacción en Cierraelmaletero, Luvchenko tomó la determinación de entrenar a un joven pupilo que pudiese por fin aplastar los laureles que Mr. Marsopa ganó a su costa...
Este es el resultado.
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No sé qué es más acojonante, si el animal ese bebiendo o la cara de retrasado del rubio que sale por detrás.
ResponderEliminarLlevo diez minutos seguidos dándole a "repetir vídeo". Menudo colgao.
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