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Inauguramos sección para amantes de la psicodelia!
No es ninguna novedad que los hermanos Cohen estén como una puta cabra alemana. Pero tampoco sorprende que cada poco nos vengan con peliculones como El Gran Lebowski. Y es que en malas manos, sus guiones podrían engrosar la lista de películas infames de domingo por la tarde de Antena 3, pero ellos los convierten en auténticas obras de arte.
En esta tenemos a Jeffrey Lebowski (más conocido como el Nota), un entrañable desempleado californiano cuyas únicas preocupaciones son los bolos y las drogas. Una vida cojonuda que pronto se verá truncada al verse envuelto en una guerra a tres bandas entre un gran empresario del porno, una pandilla de nihilistas alemanes y un multimillonario inválido también llamado Jeffrey Lebowski. Con la ayuda de sus compañeros de bolos Walter Sobchak (un desfasadísimo John Goodman que interpreta a un veterano de la guerra de Vietnam) y Donny, intentará salir bien parado del asunto.
La película rebosa psicodelia por los cuatro costados, siendo quizá el factor clave que hace de El Gran Lebowski algo diferente. El primer momento estelar llega de la mano de Jesus, futuro rival del Nota en semifinales del torneo de bolos y mentalmente desequilibrado. La celebración del strike bailando al son de los Gypsy Kings en su peculiar versión de Hotel California es impresionante.
Pero metiéndonos ya en harina (como diría Paco el Panadero), nos encontramos al Nota sobrevolando Malibú mientras suena The Man in Me, de Bob Dylan.
Y ya como colofón final, nos llega Gutterballs. Dropped In, obra del polifacético Kenny Rogers (merece la pena echarle un vistazo al video original, menuda panda de frikis!), le viene como anillo al dedo. Podría comentar el video entero, pero creo que es mejor que lo veais vosotros mismos. Atención al bailecillo bajando las escaleras y a la "aparición estelar" de Flea (bajista de Red Hot Chili Peppers).
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