El que tu grupo lleve por nombre una alusión a una novela negra acerca de un policía asesino, no necesariamente implica que tu música vaya a ser una equivalencia sonora a un rodillazo en la boca, pero francamente, a nadie le va a sorprender cuando así sea. Aquí todo es crudo y mal encarado, el perro enseña los dientes en cada canción, y no hay el menor resquicio para coger aire, aquí el ataúd es siempre más pequeño que la última vez que estuviste en él, y no esperes que eso cambie.
Desde mi punto de vista, si Gaspar Noé hiciese una película producida por Jess Franco (aunque a estas alturas dudo que este señor esté para muchos trotes) acerca de aquella romántica etapa de la Revolución Francesa en la que la hoja de la guillotina se pasaba más tiempo en movimiento que en reposo, seguramente se le colasen varias canciones de The Horror a lo largo del metraje.
Bodies in the dunes, por ejemplo, podría ser perfecta para una escena en la que el protagonista, con la cara congestionada por el miedo, intenta evadir a sus captores en la fría y pútrida noche parisina. Sin conseguirlo. Beg like a human sería lo que sonaría en su celda mientras al pobre desgraciado se le caen las paredes encima y la desesperación lo corroe por dentro hasta hacerlo vomitar. Burn the worm sonaría en la delirante y repulsiva escena final donde a nuestro infortunado personaje le rebanan la almendra tras una angustiosa espera al pie del cadalso, rodeado de un obsceno montón de cabezas cercenadas mientras la multitud le escupe y le grita. Y así unas cuantas más.
Es una auténtica pena que este cruce entre Killing Joke y The Birthday Party sea tan irregular, porque si bien el cóctel funciona en la mitad del álbum, la otra mitad te deja con la sensación de que alguien se ha pasado metiendo relleno, como si la mitad de la paliza te la hubiera dado un profesional y la otra mitad simplemente el primer perturbado que se te cruzó por la calle.
En definitiva, el disco tiene sus altibajos, pero hay algo tan oscuro, cáustico y peligroso encerrado dentro de él, que ante la improbable tesitura de que le hagan una película vale la pena darlo por bueno.
Canciones destacadas: Beg like a human; Burn the worm; Dogboy y Bodies in the dunes.
Le ponemos un: 7,25
En realidad a nosotros nos gustaba decapitar escuchando Tachenko, pero gracias por el consejo.
ResponderEliminarHombre yo es que historiador tampoco soy, tío.
ResponderEliminarLa pregunta es ¿qué eres tú(, tio)?
ResponderEliminarPues hombre, a mí siempre me ha gustado considerarme como un humanista. Un humanista del Atleti.
ResponderEliminarTú lo que eres es un tonto de los cojones.
ResponderEliminarNo os metáis con Hernán, nadie como él para hablarnos de noches pútridas parisinas.
ResponderEliminarYa, pero la verdadera pregunta aquí es ¿cuánto hay?
ResponderEliminarHernán Fariñas, tu sí! eres un verdadero icono pop
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