Después de dos discos impecables,
Herreros y Fatigas aterrizó en febrero con expectativas muy altas. Y
por resumir, Klaus & Kinski las han cumplido todas. No sobra ni
una coma a un disco que completa una trilogía al alcance de muy
pocos grupos actuales.
El grupo vuelve a exhibir aquí todo su
poderío, siguiendo el conocido manual de instrucciones y mostrándose
más comedidos en su heterodoxia (hermanada con grupos como Yo la
Tengo), algo que se agradece en cuanto ayuda a perfeccionar el estilo
sonoro del grupo y sirve para facilitar la entrega de su mejor reseña hasta el momento.
De todas formas, en Herreros y Fatigas
hay tiempo para explorar nuevas vetas musicales, esfuerzo que la
parroquia agradece. Aparece el krautrock (Contrato), la habanera (In
the Goethe) o incluso, tras rondar en Sacrificio la copla, acabar homenajeando directamente al noise de My Bloody Valentine en Cumbres Profundas.
Todo este camino lo recorren sin perder
en ningún momento un ápice de belleza (ni de puntería en unas
letras tan iluminadas como de costumbre), mostrando siempre con acierto su personal
concepción del pop como un cajón que trasciende géneros y que les
sirve como punto de partida hacia la perfección.
Canciones destacadas: Contrato, Cumbres
profundas, La pensión, La duda ofende.
8,75
Aún sin ser muy amante del pop, me parece un discazo
ResponderEliminarHabrá que sabérselo para finales de abril. Cita obligada en Vilagarcía.
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