Quizás Astrud sea mi último re-redescubrimiento de los últimos meses. O bueno, más que Astrud, este Gran Fuerza (y Mi fracaso personal). Absolutamente influído por los bastante intragables Performance y Tú no existes (donde reina un sonido que raya en el paroxismo) rechacé (injustamente) a Genís y Manolo, me decanté por otros grupos y a otra cosa mariposa.
Pero hete aquí que un día cualquiera (con el sentimiento de endiosamento que produce en cualquier mortal adquirir un ipod con capacidad de almacenamiento cuasi paranormal) se me dió por meter, a ver qué coño pasaba, el dichoso Gran Fuerza. Y vaya vaya.
Aquí hay una colección de canciones redondas. Sin tonterías. En las que existe un delicioso equilibrio entre el pop y su lado petardo, que produce algo inteligente, lúcido y emocionante (ojo a Somos el uno para el otro). Es díficil encontrar por aquí unas letras más básicas, más rotundas y que describan mejor sentimientos normales de gente normal. Culpabilidad, rupturas, discusiones o lo que pase por delante, a través de su particular perspectiva.
Y es que es ese punto de vista ( yo diría que hasta marujil, pero dotado de una inteligencia imparable y totalmente Astrud) lo que acaba por enganchar. Reírse de nuestro propio patetismo, con un fino sentido del humor, destripando topicazos parejiles a través de sus propias miserias, con un toque friki que hace más tiernamente sofisticado el conjunto.
Pasen y vean.
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