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domingo, 3 de enero de 2010

Libros: "El lobo estepario" (1927) Herman Hesse

"Usted quiere morir, cobarde, pero no quiere vivir"

Tenía el año pasado una asignatura (mú chula y mú jodida) que se llamaba psicología de la personalidad en la que, antes de meterte a hacer todos aquellos trabajos, tests e investigaciones te proponían una cosa. Un intento de hacer psicología literariamente.

Porque, como creo recordar haber leído en un manual de esa asignatura, "los psicólogos intentamos hacer de forma científica lo que los artistas hacen por intuición". Claro, te lo tomas un poco a coña, sobre todo cuando te pasas semanas escribiendo intentos de descripciones sin llegar a ningún lado.

Bueno, más que hacerte gracia, te toca los cojones. Pero ese no es el tema, y no me quiero desviar. Sigo creyendo que el que escribió aquel primer tema estaba pensando en este libro.

Al fin y al cabo, todo lo que nos enseñan a intentar abarcar de manera racional, con la estadística, método científico y su empirismo con tendencia obsesiva está en este libro siguiendo la irracionalidad más pura jamás utilizada. Pocos (en mi humilde opinión) han alcanzado una consciencia mayor del alma humana que el amigo Hesse. Harry "lobo estepario" Haller tiene ganado un puesto de honor en el cielo de los tipos literarios, aquellos que trascienden lo puramente novelístico para llegar a convertirse en tan o más reales que las personas que conocemos.

Esos Hamlet, Edipo, Quijote, Madame Butterfly, Werther etc, etc. Hablamos, al fin y al cabo, de una novela mayor, una auténtica obra maestra, que utiliza maravillosamente un vanguardismo genial, un ritmo narrativo impecable, impregna todo de una filosofía de muy altos vuelos y de metafísica de la buena, pero que, sobre todo (y esto es muy importante) sabe de su grandilocuencia y se ríe (a parte de todo) de sí misma.

En esta continua lucha, este poner a cada uno en su lugar, esta contradicción innata pasea por las páginas de la novela de principio a fin. El mundo en el que se mueve Harry no es un mundo "real", si no una mezcla, una expresión de su alma caótica en la que no solo dos entes luchan (no estamos hablando de Jekyll y Hyde) si no mil millones están en continua e infinita guerra hacia ningún sitio.

El camino que le lleva a ser consciente es representado por una historia que si bien parece a veces real (mágicamente hablando) se puede tomar con facilidad de forma simbólica, como un camino interior autoconsciente representado para mayor digestión en una historia, en un cuento, en un mito. Todos los personajes secundarios, no son personajes como tal (al menos asi parecen) si no comparsas, partes del propio Harry que se proyectan sobre el mundo y le acompañan, o le guían.

Al aceptar este juego de espejos, este surrealismo tan maravilloso, este libro se convierte en una buena experiencia que, sí eres suficientemente receptivo, puede llegar a ser algo importante en tu vida.

No voy a entrar en un sesudo análisis de la historia, simbología y significado, porque para empezar ni sé, ni tengo ganas, ni nadie se molestaría en leerlo, así que mejor lo dejo aquí, las cosas en el aire, pero con la convicción de haber dejado claro clarisimo lo mucho que me encanta este libro.

Sí, me encanta. Lo repito y lo volveré a repetir.

Es un bendito libro de autoayuda para filósofos, intentos de tal, antisistema, perroflautas, burgueses hipócritas, cobardes y "americans beautys" en general y cualquier persona descontenta de sí mismo o del mundo que le rodea. Y que le den bastante a Paulo Coelho.

Y claro, volviendo a las viejas costumbres
pues obra maestra y que agusticomequedao.

8 comentarios:

  1. Lester, no te queda claro que a nadie le gusta las putas críticas de libros que haces por muy bueno que sea el libro en cuestión? Anda y pírate ya, que ya te hemos aguantado bastante.

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  2. Me gusta la gente directa, sí señor.
    Un beso para ti, echaba de menos estos comentarios.

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  3. A ver, Lester, yo no quiero ponerte a parir, el libro está guay y no escribes mal, pero es que menudo ladrillo tío. Como prólogo a un libro está bien, pero es que aqui se te ha ido la mano.

    Esto lo digo en tono amigable, no como el primer anónimo (que no soy yo)

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  4. nadie te obliga a leerlo

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  5. No si es que no lo he leido.

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  6. Pues ya veis, amigos, me enrollé un poco, sí.
    No sé, la próxima vez lo haré en telegrama.

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  7. Conste que si lo decís de mala leche es más divertido.

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