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viernes, 13 de abril de 2012

El baúl de Lester: Nick Drake "Pink Moon" (1971)






Las corrientes musicales están atadas al paso del tiempo, la mezcla y la sociologización de su arte. Se sobrevive, con mejor o peor fortuna, entremezclándose, muriendo, renaciendo, apareciendo y desapareciendo sin que todo tenga demasiado sentido. El avance es la mezcla, mezclar y volver a mezclarlo todo, sean ritmos africanos, kraut, psicodelia o música de tuna. Ese nuestro “indie” quizás sea el paradigma, el efecto, o la causa de ello, ya que su misma razón de existencia es un gran nivel de indefinición y heterodoxia.


En el plano social del que hablaba, las modas (y con ella esa suerte de hiper-moda que es el indie) siempre tienen algo de problemático: convierten el escuchar música en algo social. Lo cual, en si, no es malo, obviamente, pero puede tener sus consecuencias para la percepción del arte en si. A nadie sorprende ni hoy ni nunca la existencia de "seguidores" que ni entienden, ni sienten, lo que escuchan. No nos engañemos: quizás en cierto grado una cosa quite la otra. Las modas convierten el conocimiento de la música en simbología distintiva de un grupo, con un sentido más sociológico que artístico. No es muy distinto que llevar una determinada ropa, o de un tatuaje: la base siempre es la misma, la diferencia entre el nosotros y el ellos.
Los casos son un buen antídoto contra todo esto. ¿Qué son los casos? Los que sobreviven a los estilos y al tiempo. Son esas personas (o grupos, también) especiales, con su propia mitología alrededor. Te obligan o requieren mucho más, porque son humanos, con vicios y defectos, más reales y directos. En analogía chusca: un movimiento es el dios judeo-cristiano, tan lejano e idealizable, mientras que los casos son los dioses paganos, como los griegos, tan sentimentales y llenos de defectos.

Y tal cual, como en el Olimpo griego, los hay de todos los gustos y colores: diabólicos y primarios como Robert Johnson, urbanos y depresivos como Ian Curtis, psicodélicos y maníacos como Syd Barret, altivos e intelectuales como Bob Dylan… el santoral es ya rico y variado. En ellos, el arte y la vida, se entremezclan inseparablemente. De hecho algunos, como Janis Joplin, llegan a convertirse en tal aún sin haber lanzado al mundo más de un puñado de buenas canciones y muchas más bien mediocres. Pero eso no importa: en los casos la vida importa casi al mismo nivel del arte, cuando no más. Lo que siempre está es la conexión personal con el público.

Nick Drake es, efectivamente, un caso, pero de una manera discretita. Él era como el hermano pequeño y tímido de todos los arriba nombrados.



Nick Drake nació en una familia de clase media-alta inglesa, tuvo una infancia normal, y fue a la universidad a estudiar literatura inglesa, aunque la abandonó para dedicarse a su carrera musical. Su vida como músico fue corta y muy poco exitosa. Los tres discos que sacó en vida pasaron poco menos que desapercibidos, y si el contrato con Island Records duró hasta el 3º y último disco, fue por la buena fe de algunos ejecutivos. Tras grabar el tercer disco ('Pink Moon', 1972), con 24 años, dejó voluntariamente la música y se recluyó en casa de sus padres, donde aparecería muerto una mañana de 1974, con una sobredosis de antidepresivos.

Pasarían unos años, entrando ya en los 80, para que su figura se fuera haciendo más conocida, reputada y cool, para que muchos, muchos, artistas reputados lo nombraran entre sus influencias (desde Robert Smith hasta Elliott Smith), y se convirtiese casi en tradición hacerlo entre el mundillo alternativo (cosa que en cierto modo pervive). En el 2000, con un anuncio de coches que utilizó 'Pink Moon', Nick Drake llegó lo más cerca que estuvo de la fama popular, consolidándose como icono alternativo y, quizás, con ciertos visos de llegar al gran público.
Desde luego, su halo de héroe romántico ayuda a todo esto. Era tímido, culto, depresivo, con insomnio, murió joven y hacía música delicada y retraída. Todo un caramelito. Pero desde luego hay algo más, que aún se nota hoy día, al poner alguno de sus discos.
'Pink Moon' es el que nos ocupa hoy. Un elepé de 28 minutos y 11 canciones, y grabado solo con guitarra (y un minimalista piano en la canción homónima) en dos noches seguidas. Es un disco que a la primera escucha puede no sorprender demasiado, por resultar “agradable”, lo cuál puede facilitar la pereza de oído. Apariencias, ya que necesita esfuerzo.
El disco arranca con 'Pink Moon', muy evocadora y ya mítica, que deja alguna pista en la letra: “la luna rosa está en camino y ninguno estáis a tanta altura”. ¿No estaremos a la altura? Lo intentamos.
'Place to be', tan melancólica, ya abre el camino de lo que será el disco: unos arpegios precisos y Nick pidiendo “Solo ayúdame, dame un lugar dónde estar”. El tono triste, sigue con 'Road', también maravillosa, y continúa con 'Which Will', para llegar al primer cambio de tono: Con 'Horn', un instrumental de un minuto escaso, se abre el camino para el gran tótem del disco: 'Things Behind the Sun'.
Lo primero que sorprende de ella es su ritmo, que rompe la dinámica más bien suave del disco. Se le ve la pretensión de gran canción, también en la letra, mucho más surrealista y grandiosa de lo que hasta ahora había aparecido, en una segunda persona que te dice “Mira a tu alrededor, encuentras el suelo, no está tan lejos de ti”. Es una canción que pide a gritos unos arreglos grandiosos, pero está bien como está: él sabe como hacerlo. A partir de aquí, el tono cambia, ya es más oscuro, más críptico. La canción que sigue ('Know') con su letra de cuatro versos y con su ritmo marcado y repetitivo, tiene algo de obsesivo. Algo se ha roto, está claro, y 'Parasite' lo confirma: un tono duro, una guitarra que tiene algo de hormigueante, y esa letra terrible, demuestran la sensación de estar entrando en ese mundo del que nos avisaba en la primera canción, y del que quizás no estemos a la altura.
'Free Ride' tiene algo de misterioso ¿a quién se refiere? ¿a quién le diceveo a través de todas las pinturas que tienes en la pared de toda la gente que vendrá al baile pero escúchame llamándote, ¿no vas a darme un paseo gratis”? Podría ser una canción feliz, pero algo te invita a pensar lo contrario.
La caída que comenzó con 'Things Behind the Sun', llega a su clímax en 'Harvest Breed', de hecho dice, literalmente: Cayendo rápido y cayendo libre, esto podría ser el fin, y aun así casi ni te importa, por la belleza de todo el viaje, fuera hacia abajo, hacia arriba, o hacia donde sea, sí es así, pides más.
Y más aún si el final es tan redentor y con tanta belleza como 'From the Morning'.
“Así que mira el espectáculo
Las eternas noches de verano
Y ve a jugar al juego que aprendiste
De la mañana”
Así que él mismo se encarga de sacarnos de ahí, de no dejarnos en la deriva que nos metió. Desde luego se hizo duro y no es fácil, pero merece la pena.

Desde luego, un disco que no envejece, al revés, casi va más teniendo más sentido y más fuerza con el paso de los años. Tiene una rara, rara, grandiosidad, que a primera vista parece simplicidad. Es un disco con muchísimas capas y muchas relecturas y a la vez no pierde esa fuerza sentimental. Pura paradoja, vamos. La rareza (y grandeza) de Nick Drake es precisamente esa: es intimista y virtuoso, sencillo de sentir y complejo de comprender, su personalidad es interesante y su música digna de tesis, su música es elegante y a la vez la antítesis de la frialdad… Todas ellas conjunciones que no se dan demasiado.
Fácilmente podemos estar hablando de los mejores y más originales cantautores de la historia. Y el hecho de que hoy día su música no haya perdido nada de vigencia y aún siga siendo un referente obligadísimo, no hace más que confirmarlo.

Más y más Nick Drake:

- Luna Rosa: Página en español: cursi, pero bien llenita de cosas
- Wikipedia: No podía faltar la Wiki
- Skin Too Few: Documental sobre Nick Drake, en Youtube y en español
En los comentarios, el enlace con el disco con letras traducidas de regalo.

3 comentarios:

  1. El hombre descarga13 de abril de 2012, 14:23

    http://www.fileserve.com/file/GPAWknR/Nick%20Drake%20-%20Pink%20Moon%20(cierraelmaletero.blogspot.com).rar

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  2. Curioso uso del lenguaje jovencito.

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