La personalidad es algo muy importante en esta vida, y si no que se lo pregunten a estos chicos de Knoxville. Personalidad les sobra.
Con Let it beep se alejan de aquel sonido más orgánico de su primer disco, y atacan con unas percusiones y una electrónica que a veces recuerdan a un tren a toda mecha, por momentos a punto de descarrilar, (Poison control, por ejemplo, no da tregua). Pero, como decía, la personalidad les permite tener un sonido propio que no todo el mundo consigue con tanta tranquilidad.
Y así, las siete primeras canciones del disco, que se dice pronto, son de traca, con todos los temas a un nivel altísimo, aunando momentos que casi recuerdan lejanamente a Fuck Buttons (Brainbow), a The Rapture (My car is haunted) o a la faceta más pop de, quizás, Of Montreal (E plus E, por ejemplo). La amalgama crea un conjunto sobresaliente en la primera mitad del álbum, conviriténdose en un soplo de aire fresco de los que nunca vienen mal.
¿Y dónde está el pero? Porque siempre hay un pero, y aquí lo tenemos en que las cinco últimas canciones están ahí por rellenar espacio, sin nada que aportar salvo ocupar lo que los americanos llaman "minutos de la basura". Total, si vas ganando 7 - 0, ¿para qué molestarse en hacer un pleno?
A estos chicos les ocurre igual que a Passion Pit, que deslucen al final, como acompañar una cara comida con vino de garrafón.
Pero vamos a ser positivos, con las maneras que apuntan, parece ser que Royal Bangs tienen pensado quedarse por aquí bastante tiempo. Que sean bienvenidos.
Un 7,5 que podría haber sido más, de no ser por la recta final.
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Destacan: "Poison control", "My car is haunted", "E plus E" y "Shit xmas"
Escuchar preferentemente: Esto antes de salir de fiesta, o durante la fiesta, es un melocotonazo de miedo.
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