Cuatro Palos o cómo prolongar La Leyenda del Espacio y que todo el mundo se quede cómo estaba, a favor o en contra de los granadinos, sin variar las posiciones.
En esta ocasión no pecan de esa heterodoxia que salpica La Leyenda, y la mayor concesión que se permiten a su sonido de toda la vida es Yo le estoy pidiendo a Dios, canción que enraíza directamente con temas como, por ejemplo, Corrientes circulares en el tiempo. Las tres restantes, tiran por caminos más oscuros.
Para el que escribe, abrir con Romance de Juan de Osuna es todo un acierto, aunque despiste un poco. Con su aire densísimo y su ritmo galopante, consigue enganchar al oyente desde el primer momento, creando expectación por lo que está por venir y desorientando porque luego no aparece otra igual.
Y al momento bajan las revoluciones con No sale luz esta noche, que también sabe mantenerse fiel al sonido crudo y denso de La Leyenda, pero con un ritmo en los antípodas, lento como una muerte agónica, sólo dejando entrever esa luz esquiva en su estribillo, luminoso en contra de lo que diga su letra.
Como si de un círculo cerrado se tratase, el EP finaliza con Tarantos de Perico el Morato, muy similar a El canto del Bute, dejando así a todo el mundo como estaba antes de Cuatro Palos: a gusto, a disgusto, o indiferente.
Nada nuevo bajo el sol, por tanto.
Un 6,5 y en paz.
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Destacan: "Romance de Juan de Osuna" y "No sale luz esta noche"
Escuchar preferentemente: Pues un día de esos en los que no apetece salir de casa, si es con una chimenea al lado pues mejor, oiga.
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