Tras un recorrido de dos discos, Los Punsetes recopilaban ya una importante colección de singles potenciales ('Tus amigos', 'De moda', 'Dos policías', 'Fondo de armario', 'Maricas', 'Hospital Alchemilla'...) en los que exhibían unas letras potentísimas, inmediatas, que los hacían transparentemente atractivos y tarareables desde el primer instante. Pero ese abanico de canciones-hits escondía, o provocaba, o disimulaba, una carencia estructural de sus álbumes. Y es que pasado un tiempo se hacía complicado volver a escucharlos, ya habías absorbido lo que ofrecían. Es cierto que ese proceso de desgaste se había reducido algo en el 'LP2' (su primer trabajo es más una reunión de puñetazos punk que un elepé pensado como unidad), pero aún y con todo el poso de las canciones terminaba siendo borrado por el tiempo.
A la hora de formular 'Una montaña es una montaña', Los Punsetes han optado por la vía de la ambición. Basta una primera escucha para darse cuenta que es un álbum más maduro, en el que sus canciones crecen en la medida en la que disminuye su voluntad de querer hacer siempre un nuevo himno socarrón. No es que se haya descartado la antigua trayectoria (el estilo permanece), pero se ha explotado la siempre enriquecedora vía noise. Han añadido aristas y recovecos, y la voz de Ariadna cede una parte importante del protagonismo a las guitarras, que suman protagonismo para agrandar el producto final.
Esa búsqueda lícita de trascendencia conceptual se refleja también en las letras. Sin perder el nihilismo de antaño, ahora también reflejan otras cosas además de analizar su contorno social inmediato. Se han quitado de encima el exceso de chulería un poco adolescente e incluso hay espacio para la política ('Los tecnócratas') o para canciones más densas como 'Los glaciares' o 'Malas tierras' que bajo una fórmula casi casi post-rock diseñan los cortes más brillantes del disco junto a la estupenda 'John Cage', 'Mis amigos' y 'Untitled', una preciosa canción de amor que rezuma ese espíritu maliciosamente tierno que siempre ha escondido bajo capas de mala baba el grupo madrileño.
¿Habrá quién eche de menos la antigua etapa de himnos? Seguro. Pero no siempre tomarse en serio es algo malo, y aquí Los Punsetes lo demuestran con canciones.
8,75
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